
Para los quesos lácticos, cuya textura es mantecosa y suelen tener sabores que se asemejan a los de un yogur o nata, ligeramente ácidos, funcionan especialmente bien los higos, así como las peras por su alto contenido en agua que conjugan a la perfección con la textura untuosa de los mismos. A partir de octubre, las uvas son una combinación fabulosa también. Ejemplos de estos quesos son: XV du Pic, Moluengo y Bouyguette.
Para los quesos curados de oveja o cabra (como Manchego, Zamorano, o Montes de Alcalá) así como para los quesos de pasta cocida de vaca como Comté, Hornkäse, Ogleshield o Morbier, son perfectas las frutas de hueso como el melocotón, el albaricoque, el mango… todas ellas, de elevado dulzor y textura suntuosa, contrastan con los matices tostados y acaramelados que poseen estos quesos de alta maduración, haciendo un tándem perfecto por contraste. Estas frutas son también el perfecto aliado para cortezas lavadas como Puigpedrós o Ruperto, con sus intensos sabores cárnicos y sus texturas cremosas, que encuentran en frutas como melocotón o mango un aliado que eleva sus matices y texturas, convirtiéndose en su perfecta base de apoyo. ¡Ah! No olvidarse del tomate: la gran carga de umami que contiene este fruto, ni dulce ni salado, lo convierte en una gran opción para los quesos curados, que encuentran en él un perfecto acompañante para las notas tostadas y dulzonas que a veces encontramos en estos quesos cuando alcanzan altas maduraciones.
¿Y qué pasa con los famosos quesos de corteza enmohecida como Brie, Camembert, Divirín o Xirós? Para estos quesos, la manzana juega un buen papel pues su textura granulosa y casi ‘’crujiente’’ contrasta a la perfección con la melosidad y cremosidad extrema de estos quesos, así como equilibra las notas amoniacales propias de estos tipos de queso.
Por su parte, los grandes beneficiados en el tema de los maridajes con fruta son los quesos frescos: funcionan bien con prácticamente todas las frutas imaginables, sean cual sean sus propiedades.
Estas son nuestras recomendaciones pero en cualquier caso, no dudes en probar, probar y probar. No nos cansaremos de decirlo: las mejores mezclas suelen salir de la experimentación. ¡Ah! Y no te olvides de contarnos tu combinación favorita.