
Y ahora sí: es la hora de elegir los quesos que van a degustar tus invitados.
Rue Vintage se quedan con uno de sus favoritos, el queso Comté. Comté es un clásico navideño, y en Formaje contamos en esta época del año con un lote muy especial: el Comté de Marcel Petite afinado durante 36 meses: una fiesta de aromas tostados, de fruta madura y notas de leche condensada.
El miedo colectivo tiene que ver con esa frase de “para gustos, los colores”. Y cuando toca sentarse a la mesa y elegir una opción que convenza a todos, nos entran dudas. Sin embargo, dejadnos deciros que es posible encontrar un equilibrio de sabores, intensidades y texturas. Para ello, recomendamos siempre incluir un queso blando, uno duro y uno azul.
Empezamos con uno láctico, refrescante y cremoso para limpiar el paladar con su ligera acidez y frescor, como lo es el Bouyguette. Seguimos con un queso de pasta blanda pero aromas intensos, para ir entrando en faena. En este caso, las sugerencias que os damos son Divirín o Puigpedrós.
Seguimos con las pastas cocidas (tradicionalmente quesos alpinos) cuyas texturas elásticas y sabores ligeramente dulces son la perfecta transición para los quesos más duros y secos. Aquí nos decantamos por nuestro queso Gruyère, Blossom Hönkase (que con su corteza cubierta de flores, se convertirá parte de la decoración floral) o Challerhocker. Tres de nuestros favoritos.
Para continuar, vamos a texturas más duras y friables: queso Ossau Iraty, queso Manchego, queso Zamorano o queso Tronchón , referencias de obligada presencia en nuestra mesa Navideña por su importancia en la cultura española.
Y, por último, un queso azul: el broche perfecto por su intensidad y textura cremosa que rematará el convite y dará el perfecto pase al postre. Queso Roquefort , queso Stilton o Savel de Airas Moniz, son algunas opciones.
Servir los quesos en una tabla bonita es siempre un detalle y eleva la experiencia. Te recomendamos estas tablas de cerámica, diseñadas en colaboración con Taller Silvestre, para emplatarlos. Y siempre acompañados de un buen pan de masa madre, crackers como apoyo, mantequilla para abrir el apetito y preparar el paladar, frutas como la manzana, higos, uvas…, frutos secos, y mermeladas como la de naranja amarga o una más especial como el chutney de manzana verde.
Muchas familias optan por colocar el queso ya cortado para que solo sea coger y disfrutar. Nosotros optamos por dejar algunos quesos enteros, o cortados parcialmente, con varios cuchillos que decoren la mesa también, para crear una mesa más dinámica y divertida, donde los comensales vayan cortando el queso qué quieran probar. Así, si sobra, será más fácil conservarlo para la próxima reunión.
A la hora de cortarlos, todos los comensales se merecen probar la “mejor parte”: el queso no sabe igual en el interior que en el exterior, pues pierde humedad según nos vamos acercando a la corteza (la parte que está más cerca del contacto con el oxígeno). El grado de humedad influye en las características de gusto y textura del producto, así que para intentar que todos los trozos sean equitativos, intenta seguir el esquema de corte que encuentras en esta guía:

Si tienes dudas con los vinos a elegir, aquí tienes nuestra guía de vinos para los diferentes quesos.
¿Y si sobra? ¿Cómo conservamos el queso?
Lo primero que tienes que saber es que el queso, en su condición de alimento fermentado, no caduca como tal (si la leche no acidifica, no podemos hablar de queso). Para que el queso evolucione en las condiciones óptimas, envuelve el queso en el papel blanco en el que te lo hemos enviado. Si se te rompe puedes sustituirlo por papel de horno. Después, guarda el queso en un recipiente hermético dentro de la nevera (un tupper, por ejemplo) para que no esté en contacto directo con el frío de la nevera. Así, guardará mejor la humedad. Lo ideal sería conservarlo a 12ºC.
Ah, y para recibir a nuestros invitados, que no se os olvide la Corona de Navidad en la puerta de casa, “me parece la bienvenida perfecta para toda la gente que quiero y celebra conmigo estas fiestas”, nos cuenta Mario. Pero no se queda ahí, sus invitados seguirán embelesados hacia la mesa sin darse cuenta guiados por un camino que él mismo habrá preparado y que tendrá como indicadores el árbol de navidad -siempre natural-, y flores de temporada para el resto de muebles como Jacintos, Anémonas y Ranúnculos o composiciones de bulbos.
Y la música, que nunca falte la música. No podemos tener villancicos en todo momento, así que desde Formaje hemos preparado esta playlist con muchas de vuestras recomendaciones, una lista de canciones que suenan a delicia.
Ahora que ya sabes los trucos para montar una mesa de Navidad, solo te falta elegir los quesos, si ya sabes cuáles quieres poner, encuéntralos aquí, pero si quieres nuestro consejo... hemos preparado tres selecciones según cuántos seáis que serán éxito asegurado.
Formaje os desea Felices Fiestas.