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ARTÍCULO

¿Cómo preparar la raclette perfecta?

Siempre decimos que el queso es de las mejores excusas para reunirse en torno a la mesa. Sin embargo, hay una forma de comer queso que se lleva la palma en lo que a reuniones sociales se refiere. Esa forma se llama Raclette, y es, probablemente, el plan gastronómico casero más typiquement française... et suisse. La elaboración de un queso que fundía al fuego y que servía de sustento a los pastores en sus traslados con los animales montaña a través se asocia en origen al cantón del Valais, al suroeste de Suiza: Raclette du Valais está registrada como denominación de origen, y es aquí, en los alpes suizos, donde a finales del siglo XIX se empieza a popularizar el término ''raclette'', proveniente de ''racler'', que en francés significa ''raspar'': una vez empezaba a derretirse la superficie de la horma de queso, los pastores raspaban el queso para deslizarlo sobre el pan. Sin embargo, la cercanía y similitud geográfica existente entre esta región suiza y su vertiente francesa, hace que la cultura asociada al fundido de queso se extendiese rápidamente por toda la región fronteriza de montaña entre ambos países, desarrollándose al tiempo la cultura de raclette en ambos lugares. Con el tiempo, esta singular manera de consumir queso, que en un inicio se limitaba a acompañarse con el pan sobre el que se fundía, fue tomando forma de plato más completo según iba expandiéndose su consumo, siempre vinculado a las regiones montañosas fronterizas entre ambos países, donde es el plato tradicional de la temporada de frío. De la misma forma en que iban asentándose una serie de acompañantes que pasaron a formar parte del plato tradicional, diferentes especias empezaban a añadirse a la receta del queso: pimienta, trufa, hierbas o incluso raclette ahumada: todo con la intención de diversificar la experiencia de tomar este queso fundido. Normalmente, una misma quesería desarrolla las diferentes versiones, algo así como las ''especialidades de la casa''. 



Así que, vamos allá. ¿Cómo preparar una buena raclette? 


Del queso, no has de preocuparte: desde Formaje hemos preparado Raclette Edition, un pack que incluye cinco tipos de raclette tradicional, para que tu experiencia sea lo más divertida posible: raclette ahumada, raclette natural, raclette a la pimienta, raclette trufada y Morbier. Te lo enviamos ya cortado, listo para calentar en tu máquina! (puedes elegir número de comensales y en base a eso, enviaremos la cantidad adecuada). 



¿Y los acompañantes? ¿Con qué se acompaña tradicionalmente la raclette? Hemos echado mano de la experiencia de nuestra comunidad de clientes suizos y franceses, que nos han ayudado a recopilar las fórmulas tradicionales con las que han crecido en sus casas. La realidad es que la regla imperante es ''keep it simple'': cuanto más sencilla, mejor. Todo el mundo coincide en que los encurtidos (pepinillo y cebolletas pequeños) son lo más importante, así como las patatas cocidas (algunos recomiendan pasarlas por el horno, para añadir un punto crujiente). Otro de los acompañantes estrella es el ''viande des grisons'', un embutido de ternera proveniente del cantón de los Grisones, en Suiza. Una alternativa sencilla de encontrar podría ser la cecina, aunque personalmente también nos encanta la idea de acompañarlo con salchichón u otras opciones de charcutería. Otros acompañantes un poco más exóticos y menos conocidos (twists familiares, cortesía de nuestros clientes suizos y franceses) serían higos, tomates, kale, rúcula, jamón de York, champiñones al vinagre, peras, o acompañar el plato con una ensalada de canónigos,  ¡Todas nos encantan! Otro consejo es sazonar el plato con un poco de pimienta: si tienes el molinillo a mano ¡no te arrepentirás! 



Y ahora, la bebida. ¿Cuáles son las mejores recomendaciones de maridaje? 


La tradición manda tener siempre a mano un vino fresco , seco y con una buena acidez, de matices afrutados y minerales. ¿Un clásico? Los vinos blancos y los rosados de Saboya. Por otro lado, las variedades blancas como la riesling y la gewürztraminer de Alsacia, con sus matices cítricos y florales, acompañan muy bien la sensación grasa del queso fundido. También los espumosos, que con sus chispeantes burbujas limpian nuestro paladar. A nivel nacional, podemos optar por vinos blancos salinos como un albariño, que armonizará también de manera extraordinaria. Otras opciones sin alcohol son la kombucha (elegir opciones de perfil ácido y refrescante), mosto de uva o manzana, o un té negro: ¡sí! el té es una opción fantástica porque nos permite ir limpiando y equilibrando el paladar con sus aromas profundos y reconfortantes. 


A nivel de preparación, necesitaremos una máquina específica para Raclette, que encenderemos para comenzar el ritual. La máquina tiene varias mini-sartenes en las que colocamos cada lamina de queso hasta que vemos que ha fundido, y entonces llega el momento de volcarlo sobre el plato con los ingredientes que hayas elegido. Si no tienes máquina de raclette, siempre puedes fundir el queso sobre una plancha o sartén, aunque te costará más verterlo sobre el plato.  


Et, voilà. A partir de aquí, ¡diviértete y mezcla! Busca tus acompañantes perfectos, crea tus recetas personales y sobretodo, no olvides que el mejor ingrediente es una buena compañía. Creemos que el ''plan raclette'' es sin duda uno de los más divertidos para compartir con la gente que queremos, especialmente ahora que se acerca la Navidad y ya estamos inmersos en la temporada de frío. ¡No hay mejor plan! 


Compra aquí tu queso para raclette 

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