La luz de las velas, un grupo de amigos reunidos y una mesa con un caquelon lleno de chisporroteante queso fundido. No se nos ocurre una mejor escena para un sábado noche. Fueron los suizos los primeros en mezclar queso en una cazuela de barro cocido y calentarlo hasta crear una masa fondente, donde seguidamente bañarían todo tipo de acompañantes. Existen múltiples opciones de quesos que pueden utilizarse, pero nosotros te traemos la fórmula más tradicional: la fondue Moitié-Moitié: mitad de Gruyère y mitad de Vacherin Fribourgeois, los dos quesos suizos más fundentes que puedas imaginar. Añádele un chorro de vino blanco a la cazuela, y si eres de paladar intenso, frota un ajo por la base antes de fundir el queso. ¡Ah! Y que no se nos olviden los acompañantes: corta pequeños trozos de varios tipos de pan, con corteza mejor, y/o patatas y verduras asadas. Así de simple. Cojan sus tenedores extralargos, pinchen un trozo de pan y ¡a disfrutar!

Peso: 400gr (para 4 personas aprox)