Mantequilla Fermentada La Jarradilla
Una mantequilla fermentada es una mantequilla a la que se le añaden fermentos lácteos con la finalidad de que se desarrolle en ella parte de la bacteriología que aflora en la leche. El resultado es una mantequilla un poco más potente de lo normal, aunque en este caso, es muy delicado y apenas se nota el matiz. Es grasa, densa, y tiene un punto ''animal'' muy aromático y discreto que te traslada de cabeza a Valles Pasiegos o a cualquier entorno rural, nostalgia e idilio incluidos. Formada a mano por María (es ella quien lleva la batuta del hacer mantequero en La Jarradilla), lavan la mantequilla dos veces (proceso de, literalmente, añadir agua y después retirarla antes de moldear) eliminando así parte de la lactosa para evitar un enranciamiento temprano. Aún con esto, según avanzan los días esta mantequilla va adquiriendo aromas más animales que en Valles Pasiegos consideran parte clave de la personalidad de este producto.

INFO
NUTRICIONAL
POR QUÉ NOS GUSTA
Aquí hay una cuestión emocional irrevocable: La Jarradilla es de las primeras queserías en las que nos dejaron meter las manos en la cuajada y Alvaro, María y todo el equipo de La Jarradilla son, para nosotros, ''de casa''. Al mismo tiempo, esta mantequilla fermentada no es sólo una de nuestras favoritas, si no la de mucha gente. Es animal, rústica y delicada al mismo tiempo. La tradición mantequera de Valles Pasiegos avala la técnica manual y los fascinantes resultados que en La Jarradilla obtienen con su mantequilla.